Pienso que así como el tiempo y el espacio son parte constitutiva nuestra, la oralidad y la escritura son nuestro ser. Somos lenguaje, decía con insistencia el filósofo alemán Martín Heidegger. Que en la academia, como se lo escucho decir con algo de vehemencia a un profesor de mi Universidad, lo que no está escrito no existe, puede ser cierto, hasta un punto. Creo que a este profesor le asiste la razón de que la palabra escrita tiene como función esencial la preservación de la memoria; pero también estoy convencido de que la escritura no lo sería, si no estuviera la magia de la oralidad.
viernes, 19 de agosto de 2011
La oralidad y la escritura para vitalizar la democracia
Pienso que así como el tiempo y el espacio son parte constitutiva nuestra, la oralidad y la escritura son nuestro ser. Somos lenguaje, decía con insistencia el filósofo alemán Martín Heidegger. Que en la academia, como se lo escucho decir con algo de vehemencia a un profesor de mi Universidad, lo que no está escrito no existe, puede ser cierto, hasta un punto. Creo que a este profesor le asiste la razón de que la palabra escrita tiene como función esencial la preservación de la memoria; pero también estoy convencido de que la escritura no lo sería, si no estuviera la magia de la oralidad.
viernes, 5 de agosto de 2011
La Universidad: territorio del pensamiento o mercantilización del conocimiento
Tal y como están las cosas, y acudiendo al principio de la falibilidad, digo que o nosotros los académicos y universitarios no hemos entendido la infinita dimensión de lo que significa la Universidad, o son el Gobierno y los dirigentes políticos quienes no la han comprendido; o, en el mejor de los casos, ninguno. En aras de seguir mi vocación de profesor, es decir, de ser un provocador de conciencias, optaría por la última opción.
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